La raza Angus es, sin duda, la columna vertebral de la ganadería bovina argentina. Su supremacía no es casualidad, sino el resultado de décadas de selección genética, adaptación al territorio y una demanda creciente de su carne, tanto a nivel nacional como internacional. Con más del 70% del rodeo nacional compuesto por ejemplares Angus, su influencia en la producción de carne es innegable.

Esta raza se ha consolidado por su eficiencia productiva, su fertilidad, su rápido crecimiento y su capacidad de adaptación a diversas condiciones climáticas y geográficas de Argentina, desde la fértil Pampa Húmeda hasta las zonas más áridas del norte y sur del país. Su facilidad de engorde a campo y a corral permite obtener animales con un excelente rendimiento, maximizando la rentabilidad de los productores.

El sello distintivo de la carne Angus es su calidad superior. Su terneza, jugosidad y excelente marmoleo la convierten en un producto premium, altamente valorado en las góndolas y parrillas del país, así como en los mercados internacionales más exigentes. Argentina es reconocida mundialmente por su carne, y dentro de esa reputación, el Angus se destaca como sinónimo de excelencia.

En el mercado local, la carne Angus es la preferida por los consumidores, quienes buscan cortes con sabor intenso y textura inigualable. A nivel internacional, la certificación de Carne Angus Certificada ha permitido la apertura y consolidación de mercados clave como Europa, Estados Unidos y China, donde la demanda sigue en constante crecimiento.

Su liderazgo en la ganadería argentina no solo responde a su genética superior, sino también al trabajo incesante de la Asociación Argentina de Angus, que ha promovido la mejora de la raza, la trazabilidad y la certificación de calidad. En un mundo donde la diferenciación es clave, la carne Angus argentina se erige como un estandarte de excelencia, llevando la tradición ganadera del país a los niveles más altos del comercio global.